Este tipo de inteligencia nos permite el uso juicioso de las emociones. Es el potencial que tenemos para procesar la información que nos llega a través de lo que sentimos y que nos sirve para resolver problemas, situaciones, o comprendernos mejor como personas. Un uso comprensivo y asertivo de nuestras emociones, nos permite armonizar y conciliar nuestras vidas. Tener una visión más empática y realista favorece la positividad en nuestra mente.

Gracias a este tipo de inteligencia podremos ser personas más exitosas, que toman mejores decisiones, con equilibrio emocional, con buenas y estables relaciones sociales y sentirnos más libres. La inteligencia emocional se basa en estos atributos:

• Empatía: entender los sentimientos y emociones ajenas es fundamental. Es importante aprender a escuchar, trabajar la paciencia y la observación.
• Autoconocimiento: conocer tu persona, tus inquietudes y tus fortalezas. Te dará seguridad aprender a poner nombre a tus emociones, localizar su origen y entenderlas.
• Dominio emocional: del autoconocimiento surge la capacidad de autocontrol, saber cómo nos sentimos nos ayuda a aprender a controlar nuestras reacciones.

La inteligencia emocional es algo que todas las personas pueden entrenar y aprender, no pienses que por ser una persona impulsiva esto no es lo tuyo, al contrario. Podemos aprender a gestionar nuestros sentimientos, e incluso evitar pensamientos negativos. Todos podemos trabajar nuestra inteligencia emocional. Nos ayudará a mejorar nuestra autoestima y a desenvolvernos con más seguridad en cualquier circunstancia.

A continuación, te dejamos un listado de cinco pasos para entrenar tu inteligencia emocional:

• Reconoce tus sentimientos, tómate tu tiempo, en ocasiones interpretamos erróneamente emociones muy básicas, como la tristeza y el enfado, que tienden a cruzarse. Reflexiona con calma y busca en el fondo, determina con qué emoción tratas y podrás gestionarla de forma más adecuada. No trates de negar tus sentimientos, deja que ocurran, nunca los uses para atacar a quienes te rodean. Para conocer mejor tus sentimientos, puedes empezar un diario de emociones, donde plasmes lo que sientas de la forma más concreta y te ayudará a ampliar tu conocimiento emocional y a reconocer con más atino tus sentimientos.

• Dedícate atención y reconoce tus limitaciones y capacidades de forma realista. Confía en tu potencial y pon a prueba tus límites. De esta forma desarrollarás mayor conocimiento de tu persona.

• Dale importancia a los sentimientos de los demás, no solo a los que expresan con palabras, también, a los que cuentan con el lenguaje no verbal. Como explicamos en el primer punto, a veces confundimos emociones básicas. Trata de percibir la verdad de los sentimientos ajenos y actuar con asertividad frente a ellos. Evita los juicios y las críticas vacías. Si vas a evaluar a alguien, que sea siempre de forma constructiva. No olvides escuchar también las opiniones ajenas, sin permitir que te afecten negativamente, siempre puedes sacar una visión de tu persona diferente, que puede aportarte algo positivo para mejorar.

• Mantén la motivación en tu vida con pequeñas metas y objetivos cotidianos. Recompénsate por tus logros, cada pequeño paso que te acerca a tus fines es una buena razón para celebrar.

• No temas los cambios, puedes cambiar, la evolución para mejorar debe ser siempre bienvenida en tu vida. Muchas veces, las circunstancias nos obligan a ver el mundo de forma diferente. No importa la edad que tengas, siempre somos susceptibles de aprender y crecer como personas.

¡Mucho ánimo y feliz desarrollo emocional!